Como ya saben, en estos momentos me
encuentro pasando una temporada en el país que me vio crecer: VENEZUELA el cual
atraviesa momentos delicados y tensos.
El pasado sábado 22 de marzo asistí a la
marcha convocada por la oposición y entre varias observaciones quiero plasmar
aquí las que nos conciernen como padres y maestros: llevar a los niños a las marchas.
Ya había hecho el comentario con
anterioridad pues he visto fotografías con madres sonrientes con niños en
marchas y otros tipos de protesta incluso más riesgosos y en horas nocturnas,
pero la verdad es que al verlo con mis ojos no puedo quedar indiferente. Vi
niños de 4,5,6,7,8 años caminando con sus padres cantando consignas
anti-gobierno comiéndose un heladito a veces sobre los hombros de papá para
combatir el cansancio.
En NINGÚN país estoy de acuerdo con
politizar a los niños. Los niños son NIÑOS y no tiene que importarles quién
gobierna ni cómo lo hace, ni hacer análisis económicos o políticos, eso NO DEBE
formar parte de la infancia, su trabajo es jugar, aprender a convivir, a
compartir, amar, sentirse amados y protegidos. Y ya si en ningún lugar está
bien, en un país como Venezuela en el que los derechos humanos no pasan su
mejor momento, donde las marchas son frecuentemente reprimidas por organismos antidisturbios
MENOS!!
A los padres que dicen que es que tienen
que enseñarles el valor de la democracia y a amar a su país (que lo he
escuchado) les recomendaría poner a sus niños a conocer el folklore, a escuchar
al Tío Simón, a apreciar la naturaleza que este hermoso país nos regala, a ver
como papá es respetuoso y caballeroso y mamá es amable y educada. Eso les garantizo
traerá como consecuencia futuros ciudadanos dignos del mejor país del mundo,
agradecidos de haber nacido en esta patria.
Por twitter han rodado fotografías donde
se ve como desde colegios del estado ideologizan a los más pequeños haciéndolos
cantar consignas pro-gobierno, a pintar la figura del presidente y yo les
pregunto, ¿Acaso no ideologizamos también cuando a modo de chiste le hacemos el
juego a los niños de aprenderse consignas de oposición, cuando los hacemos
marchar por temas meramente políticos? A mi personalmente me indignan de igual
forma ambas posturas.
Lo único que quiero al compartir mi
inquietud es invitarlos a respetar la infancia, sea la situación que sea. Ya lo
dije en un artículo anterior y lo
recomienda la misma Lilian Tintori: recuerden la película “La vida es bella” e
inspírense en esa hermosa realidad paralela que hizo el padre para mantener a
su hijo lejos de la tristeza, el odio y la ansiedad.
¡TE QUIERO VENEZUELA!
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