Para este
artículo seré meramente práctica y dejaré a un lado lo aprendido en la
universidad sobre técnicas, que a pesar de funcionar muy bien, sé de una
experta de primera mano en el asunto: Mi mamá!
Y si mi mami
sabe mucho es gracias a mi jaja que aún recuerdo claramente como me pasaba a su
cama una y otra vez. Lo mejor es que no recuerdo trauma alguno para dejar de
hacerlo, pareciera que un día lo dejé de hacer y ya. Es por eso que decidí
consultar a mi madre a ver qué estrategia utilizó. Le hice una pequeña
entrevista, aunque como notarán hallé más amor de madre que respuestas
concretas… o será que su estrategia fue tan simple como eso, aceptarlo con
amor?? Ahí dejo esa reflexión en el aire..
¿Con qué frecuencia
me pasaba?
R.: Casi
todas las noches, por no decir todas
¿Te daba
alguna razón?
R.: La verdad
es que todo comenzó por mi comodidad, mientras eras pequeñita así era más fácil
darte pecho en las noches y de ahí te quedó la costumbre. (El asunto es que yo
fui de esas que no soltó el pecho sino a los 3 años jeje)
¿Siempre me
aceptabas?
R.: Claroooo
(ven, amor puro jaja)
¿Te
preocupaba que no dejase de hacerlo?
R.: No, sabía
que al crecer tu misma preferirías tu cama.
¿Cuánto
tiempo lo hice? ¿Y cómo fue que lo dejé de hacer?
R.: Hasta los
6 años aprox, aunque cada vez con menos frecuencia. Lo que me funcionó fue
comenzar a contarte un cuento al acostarte en tu cama hasta que te dormías, o a
veces me acostaba un poquito contigo. Luego de eso no lo hiciste más (a menos
que tuvieras fiebre o algo así).
Analizando un
poco todo eso, es obvio que fue un poco blandita conmigo, la estrategia de los
cuentos se las recomiendo! Lo que no recomiendo es esperar tanto en
implementarlo. A veces como madres no les importa tanto, pero debemos entender
que también es la cama de papá, y no debemos invadir ese espacio de la pareja
solo porque para ti como madre sea más cómodo por aquello de no levantarte en
las noches. Rescato el no estresarse demasiado, los círculos pueden romperse en
el momento que uno quiera, basta sólo buscar una estrategia y poner manos a la
obra, sin atropellar al niño o entrar en pánico.
Les confieso
que disfruté hacerle estar preguntas a mamá. Quedé impresionada de saber esos
detallitos de mi infancia que nunca me tomé la molestia de averiguar hasta este
día. Si superaron esta situación con otra estrategia explícala en los comentarios!
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