Siestas...¿Le dejo dormir o le entretengo?

Las siestas habituales no suelen causar problemas, la cosa se complica cuando el sueño aparece cuando no se le esperaba y se atraviesa en alguna actividad importante del día como el momento de comer. Aquí les dejo mis recomendaciones :)

Este post no es precisamente para los que les cuesta dormir siestas (que por cierto, si quieren uno sobre este tema házmelo saber en los comentarios y con gusto lo tratamos) sino para los que van cabeceando por la vida y la pregunta del millón ¿lo dejas o lo espabilas?

Luego de tantos años trabajando con peques se imaginarán las veces que he estado en esa situación en coles, guarderías y en mi tiempo de niñera y siempre lo he tenido muy claro:

¡LES DEJO DORMIR! 

Y les dejo dormir por las siguientes razones:

♥ Me pongo en su lugar, y no hay nada más molesto que no poder dormir cuando uno ya no puede más. Incluso cuando uno quiere, por ejemplo, ver una peli buenísima...si no puedes más, no puedes más hagas lo que hagas. Y entonces quién soy yo para violentar los ritmos del cuerpo de un niño?

♥ Con sueño nadie rinde. Ni adultos ni pequeños pueden ser productivos con sueño (y nosotros al menos tenemos el comodín del café) qué sentido tiene entonces forzar al peque a que aguante despierto si irá como zombie por ahí? Y de esto se desprenden más rabietas, más llanto y más irritabilidad...son las formas que tienen los peques (y algunos adultos jejeje) de hacernos saber que necesitan descansar.

♥ Dormir es reparar, es crecer! Cada minuto de sueño es un minuto que tu peque crece, consolida lo aprendido durante el día y repone fuerzas para continuar con todos sus sentidos a tope para nuevos aprendizajes. No seré yo la que les niegue esto.

¿Y qué hacer si el sueño se atraviesa en horas complicadas?

Entiendo que hay veces que la cosa se complica. Bien sea porque se duerme justo llegando al parque o a alguna actividad o taller, 10 minutos antes de la hora de comer o peor aún un poco antes de la cena. Así actuaba yo:

♥ Si ya no podía más y se dormía llegando al parque en lugar de animarle intentaba que se durmiese rapidito. De ese modo podría aprovechar los 5 minutos en el carrito mientras llegábamos al parque y ya ahí la dejaba unos 15 0 20 minutos más y se despertaban como nuevos y disfrutaban a tope el parque. Si podía me quedaba un poquito más para compensar, si no, jugaban 15 minutos menos pero plenos! :)

♥ Si el sueño aparecía justo cuando tocaba la comida se complicaba la cosa porque si lo dejas dormir viene el temor de que se salte la comida. La verdad es que me ha tocado por orden superior dar la comida a pesar de que ya comía con los ojos cerrados y masticaba por puro reflejo. En esas veces habré conseguido dar 4 cucharadas de comida, con el susto de que pudiera ahogarse con algún trocito de algo. Creo que se le daba más importancia a que durmiera la siesta a la hora habitual (para que los mayores también pudieran hacerlo) que realmente alimentar al peque.

En este caso (si de mi dependía) usaba la misma del parque. Le dejaba dormir 20 minutos que eran suficientes para levantarse y comer tranquilamente (y con muuucho apetito) y ya luego jugar un ratito para intentar hacer una segunda mini-siesta. Da más trabajo, si, pero me parece más respetuoso con el niño.

♥ Cuando Morfeo venía al terminar las actividades de la tarde bien sea el parque o alguna clase de baile o natación los padres arrugan la cara. Y si la vuelta a casa es en coche las probabilidades de que el sueño gane la batalla aumentan! y eso implica que se dormirá más temprano (y se levantará más temprano) y sin comer (y se despertará por hambre) nada positivo no?

Yo vuelvo a optar por la mini-siesta. Unos minutitos, un despertar suave y vuelta a la rutina donde la dejamos. Obviamente no se volverá a dormir de inmediato luego de cenar (o si tienes suerte si!)  así que en lugar de batallar es mejor conceder unos 30 minutos de juegos tranquilos y "empujar" la hora de dormir un poquito por esta vez. Así al contrario del caso anterior dormirá o el tiempo acostumbrado o un poquito más, no habrá llantos de cansancio ni luchas eternas por ir a la cama.

A veces en cualquiera de las situaciones anteriores perdemos tiempo valioso luchando contra el sueño del peque cuando con esos minutitos puede ser suficiente para que recarguen pilas y siga la rutina.

¿Y cómo lograr que esto no se convierta en costumbre?

Ya sabrán que si hoy le dio sueño a las 11, mañana a la misma hora comenzará a bostezar de nuevo por lo que si no se tiene cuidado podemos acabar en una guerra continua por siestas atravesadas.

Entonces, si hemos tenido un día como los ejemplos de arriba podemos anticiparnos al día siguiente y de ese modo volver a nuestra rutina habitual sin ninguna complicación:

♥ Si el sueñito vino por la mañana y si puedes, sal un poco antes al parque de modo que a la hora que le ha dado sueño el día anterior le pille en pleno juego y puedan más las ganas de jugar. Acaba antes la hora de jugar (solo por este día) y dale la comida un poquito antes. Así ya hará su siesta habitual. El siguiente día retoma tus horarios con total normalidad.

♥ Si le ha pillado justo con la comida al día siguiente lo único que tienes que hacer es adelantar un pelín la hora de comer del día siguiente (algunos minutos son suficientes) y listo!

♥ Las siestas nocturnas son las más complicadas pero para eso estamos aquí! :) son difíciles porque suelen ser de cansancio puro y contra eso no hay distracción que valga. Lo que recomiendo en este caso es reducir un poquito las actividades de la tarde. Por ejemplo, si le toca natación que cansa muchísimo no ir al parque antes, ni jugar a correr por el patio...opta por una tarde un poquito más tranquila de modo que les quede energía suficiente para afrontar sus clases, talleres, etc.

Resumiendo ya para cerrar que en la medida de tus posibilidades te pongas en el lugar de tu peque y seas flexible ese día sin temor a que se convierta en algo cotidiano aplicando los consejitos que te he dejado arriba :) el respeto es la base de todo :)

Besos!!